¿Tienes una entrevista de trabajo? Pon manos a la obra y prepárala bien, ya que esta parte es fundamental para causar una buena (primera) impresión. Este momento es uno de los definitivos a la hora en que las empresas eligen a un candidato, ya que es el paso previo a la vinculación laboral.
Recuerda, si ya te llamaron para una entrevista después de dejar tu currículum vitae, has avanzado en el proceso de selección pues resultaste interesante para ocupar la plaza y tienes la oportunidad de formar parte de un equipo de trabajo.
Prepárate con tiempo y deja de lado los nervios, la ansiedad y el estrés porque está en juego tu futuro y el empleo que estabas buscando. Debes tener en cuenta que no es una mera cuestión de suerte asistir a una entrevista de trabajo sino de preparación.
Hay cuestiones clave que nos pueden llevar a la siguiente ronda o, de plano, dejarnos fuera del proceso. A continuación te dejamos 10 recomendaciones que los expertos de OCC Mundial, Entrepreneur y LinkedIn te dan para que tu entrevista laboral sea exitosa:
1. Conoce tu propio currículum vitae
De inicio tu currículum vitae (CV) les impresionó, eso no significa que no te vayan a preguntar acerca de él y los logros que has obtenido. Lo más seguro es que irán al fondo, por eso debes ir preparado para contestar todo tipo de preguntas, incluso algunas que tienen su respuesta en el CV. Por esta razón debes repasarlo punto por punto, con el documento enfrente, pensando en cómo podrías extender la información que ofreces, qué más datos pueden resultar interesantes o qué puede despertar la curiosidad del entrevistador.
Piensa en todo lo que aparece escrito, para todo esto y más debes tener una respuesta a: ¿Cómo fue tu estancia en la escuela, en la Universidad? ¿Dónde, cómo y por qué conseguiste tus habilidades y/o conocimientos que no forman parte de la vida académica? ¿Por qué dejaste o te despidieron de los trabajos anteriores? ¿Qué crees que puedes aportar a la empresa en caso de tu contratación?
2. Busca información de la empresa a la que quieres ingresar
Antes de la búsqueda, haz una lectura cuidadosa del anuncio de la oferta de empleo, generalmente te dirá algo sobre los intereses del empleador. El conocimiento que tengas sobre las características o negocio de tu eventual empleador, su dimensión, productos, servicios, o algún evento noticioso reciente, siempre impresionan al entrevistador y te brindarán confianza. Revisa artículos sobre la empresa en diarios y revistas.
Recomendación: no hagas preguntas sobre beneficios o del sueldo durante la primera entrevista. Para abordar el tema ‘empresa’ te ayudará por ejemplo: «sé que la empresa busca posicionarse en el mercado, y me interesa ser parte del equipo que se encargue de cumplir ese objetivo».
3. Elabora una lista con las dudas que tengas
Escribe un listado con todas las dudas que te surjan sobre el trabajo y la empresa. Si durante la entrevista ves el momento adecuado para hacerlas, puedes sacar el papel y leerlas tranquilamente. Eso demostrará que te has preparado y tienes interés.
No preguntes a la primera de cambio por el horario, el sueldo, las vacaciones o el tipo de contrato. Es mejor que esos temas los saque el entrevistador. Eso sí, lleva pensadas las condiciones en las que quieres trabajar y el rango económico que te gustaría cobrar por si te lo plantean.
4. Recuerda, te dirán que hables de ti
La pregunta tiene un objetivo bien claro y pensado por el reclutador: conocer qué tienes para ofrecer como empleado a la empresa. No le interesa tu vida personal, si acaso dónde naciste, cuántos años tienes. Es normal estar nervioso ante una entrevista de trabajo, pero piensa: no te van a preguntar nada que no sepas.
Concéntrate en hablar de tu vida laboral profesional. Cómo trabajas en el día a día, en qué áreas tienes experiencia y por qué puedes ser un elemento valioso para una organización. Otras preguntas son: ‘¿cuáles son tus habilidades y defectos?’, ‘¿prefieres trabajar con gente o prefieres trabajar solo?’, o, ‘si le preguntara a tus amigos o familia sobre ti, ¿cómo crees que te definirían?’.
5. ¿Cómo responder preguntas comprometidas?
No te preocupes si tienes poca experiencia laboral, habla de tu motivación e interés por la empresa, visibiliza tu ilusión y alta capacidad para poner en práctica tus conocimientos y aprender todo los días. Las preguntas sobre el salario suelen ser incómodas, es mejor no arriesgarse dando una cifra sin haberlo indagado. Trata de ajustarte a lo ofrecido y al nivel del cargo.
Si has sido despedido no te aflijas, recuerda que las circunstancias pueden ser diversas. Al cuestionamiento, trata de exponer claramente las razones y sin entrar en detalles, ni establecer juicios de valor o críticas de cualquier tipo que sean negativas.
Para preguntas más personales, como religión, política, sexualidad, fracasos personales, debes responder con educación, cortesía, pero sobre todo sin comprometerte. En algunas ocasiones es mejor expresar que no consideras la pregunta relevante para ocupar el puesto de trabajo.
6. Cuida el lenguaje corporal
Tu lenguaje corporal puede expresar más sobre tu personalidad. Siempre adopta una postura erguida. Nada peor que andar encorvado, ya que refleja flojera, indecisión, y falta de profesionalismo. Evita todo tipo de movimientos nerviosos con tus manos o pies. Sonríe. Los empleadores siempre prefieren un candidato alegre y entusiasta que a una persona aparentemente hostil o estresada. Sin embargo, trata de no excederte. Las sonrisas falsas y el humor forzado tampoco son recomendables.
Recuerda, las manos deben estar al alcance de la vista del entrevistador. Usa los brazos para apoyar y reforzar lo que cuentas, pero cuida los gestos exagerados. Ten precaución también con el movimiento de pies y piernas, a veces es inconsciente y te puede traicionar.
7. Evita hablar mal de tu trabajo anterior
Los expertos afirman que es un grave error llegar a quejarse de lo mal que te tratan o te trataron en tu empresa y que por eso quieres cambiar de empleo.
Enfócate en las nuevas metas que buscas alcanzar y en los retos que esperas en una nueva empresa. Si hablas de manera negativa de la empresa, jefe o compañeros de tu anterior empleo darás una mala impresión, aunque tengas la razón. Habla sobre superación y crecimiento, no sobre insatisfacción. No es malo mencionar que te sientes estancado o que no crees tener más oportunidades en tu actual empresa, pero siempre resaltando ese deseo de avanzar en ti vida laboral.
8. Vende tus habilidades
Tu experiencia, conocimientos o simplemente tu interés te hacen la persona adecuada para ese puesto; siempre recuérdalo. Tienes que transmitir esa idea. Deja la inseguridad a un lado y véndete sin miramientos. Este es el momento de hablar bien de ti mismo, destaca tus competencias, cualidades y experiencia. Por ejemplo, «La experiencia que he adquirido en X área me permite contar con las habilidades necesarias para alcanzar y superar sus expectativas del puesto».
9. Así es como debes terminar la entrevista
El puesto de trabajo es importante para ti, pero también lo es quien te entrevista. Si puedes y hay tiempo realiza algunas de las preguntas que preparaste previamente con respecto a tu interés por el empleo. La última pregunta podría ser aquella sobre la fecha probable en la que tomarán una decisión. Muéstrate agradecido, vuelve a expresar tu interés por trabajar con la empresa, y sal del lugar.
En un momento apropiado, pídele a uno de los entrevistadores que te dé una tarjeta de presentación. Consulta si puedes llamar en un par de días.
10. Recomendaciones finales
Vístete formal. Preséntate, no esperes a que el entrevistador dé el primer paso. Saluda de manos, con confianza y profesionalismo. Demuestra que tienes energía y entusiasmo para ocupar el puesto. Escucha atentamente al entrevistador.
Toma contacto visual y contesta las preguntas de manera cuidadosa y honesta. No tienes que ser refinado, ni culto, basta con ser correcto. Piensa que la inmensa riqueza del castellano en palabras rebuscadas no tienen por qué ser conocidas por tu interlocutor. Hay palabras más formales y más comunes que seguro que entiende a la perfección.
Fuente: El Financiero